EMPEZANDO DICIEMBRE CON LA ESCALERA NUTRICIONAL.

¡Una imagen vale más que mil palabras!

Bueno, ha sido una semana en la que me encontraba muy desmoralizada por no poder pesarme en la báscula del baño en condiciones por la mañana por verse alterado mi ritmo intestinal y los hinchazones hormonales y la verdad es que temía pesarme en la Wi y darme de bruces con una mala noticia.

Finalmente, el viernes me animé.  Pensé "¿Voy a ser cobarde y no me voy a atrever a contar a la gente si me ha ido bien o me ha ido mal?"  Y nada, pese a haber comido y ser otra hora distinta, bien avanzada la tarde, finalmente subí a la buhardilla y me pesé.

Y este fue el resultado.

Descenso progresivo de mi IMC

Pero sin duda, a parte del peso y el IMC lo que más feliz me hace es perder centímetros de cintura, porque es la guerra que llevo perdiendo desde tanto tiempo atrás y que ya estaba dando por perdida.  

No os imagináis la psicosis que provoca tener un abdomen prominente y leer que cuando te llega la menopausia aún se hará más inmenso.  Además tengo un problema de hinchazones premenstruales y por intolerancias diversas que hacen que mi aspecto físico sea el de una embarazada.  Incluso más de una vez me han preguntado si lo estoy, y no sabéis lo doloroso que es estar haciendo dieta y ejercicio y que te pregunten si estás embarazada, cosa que por otra parte, NUNCA se me ocurriría preguntar a nadie.  Pero mi respuesta siempre es la misma  "yo es que soy así".  Estoy segura que a la próxima se lo pensarán antes de preguntarlo.  Sé de chicas que les pasa los mismo y sé que se sienten exactamente igual que yo.  Pero bueno, entre la dieta y la inestimable ayuda del corset esto va cambiando y si algo me duele, es no haberlo intentado antes.

Espero que todos estos testamentos que escribo aquí animen a otras personas a intentarlo aunque después del último fracaso quizá les falte la fuerza para intentarlo.

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Aquí tenéis la representación gráfica de cómo va disminuyendo mi cintura, gracias a la Escalera Nutricional + el uso del corset + los amgios de internet.  Gracias a todos.

El sábado me levanté y me puse a hacer cosas.  Una de ellas era guardar ropa que tenía por la habitación.  Me encontré con unos vaqueros de cintura alta de la talla 44 que hace tiempo tenía en venta y que pensaba volver a anunciar haciéndole unas fotos nuevas y todo eso.   Pero por alguna razón pensé "voy a probármelo a ver".  Y lo hice.  Me lo puse y me lo abroché sin ningún problema.  No me lo podía creer.  Tanto es así que me hice una foto con el pantalón puesto y se la envié a las dos personas que más me están animando en estos momentos, mi querida hermana, y mi pareja sentimental.  Empecé la dieta usando una talla 48, y desde entonces no me había probado ni la talla 46 siquiera, porque no considero que haya perdido mucho peso... pero por lo visto la dieta a nivel volumen está siendo muy exitosa.

El que me siga con asiduidad sabe que hace tiempo que hago deporte y tengo una masa muscular importante, y quizá esa pérdida de grasa se pueda apreciar mucho más en un cuerpo como el mío en el que el porcentaje de masa muscular y de grasa están tan parejos.  Ya lo he contado en otros sitios pero en un principio me dirigí al endocrino de la Seguridad Social para que me pusiera a dieta y perder peso.  Me dió un papel con instrucciones y unas recomendaciones de ejercicio y tal.  Al mes volví muy contenta porque había perdido una talla, pero al pesarme había perdido solo un kg y me echó la bronca.  Me sentí fatal y le pregunté si no me iba a medir porque yo había hecho todo a rajatabla.  Y me riñó aún mas.  Al mes siguiente volví y había perdido dos kg y muchísimo volumen, solo que había hecho mucho mas ejercicio y había ganado mucho tono.  Esta vez la endocrino no estaba sola.  Había dos estudiantes con ella.  Me riñó y una de las estudiantes se rió en mi cara.  Ya no volví nunca más.

Y es que un kg de grasa ocupa muuucho más que un kg de músculo como podéis ver en esta foto.  Pero es más fácil y requiere menos esfuerzo dar a la gente un papel subir a la gente a una báscula.  

Que la obesidad sea un problema que haya que solucionar yendo al médico y que te encuentres con alguien así, es una auténtica ful de estambul.  Y mucho más si pensamos en las consecuencias que tiene como diabetes, colesterol, problemas cardiovasculares... en cambio mi compañero fue al enfermero que tenemos aquí en el centro de salud del pueblo y le pesó, le midió, todo como Dios manda. 

En definitiva, que acabo la semana muy bien, sin cosas raras y desesperada porque me lleguen los nuevos corsets y poder seguir reduciendo cintura, con buenas noticias que espero que os inyecten un poco de optimismo.  A ver si así venzo el miedo que me invade al entrar este de mes de comidas locas y copiosas a las que me voy a tener que enfrentar como todo el mundo.

See you!