Como
ya comenté en el post anterior, esta semana no puedo cometer los
errores que cometí la anterior por desconocimiento.
Por
la mañana no me peso por el dichoso síndrome premenstrual y
que un día os explicaré con todo detalle lo que supone para mí ese
problema.
Así
que empiezo como Dios manda desayunándome un café con leche y unas
tortitas de avena. Como ya me he comprado el té verde me hago
una infusión de medio litro y me la llevo al trabajo en la taza
térmica que tengo para ello. Para ir al trabajo me pongo el
corset morado que es el más cómodo para estar sentada muchas horas
y lo llevo desde las 9 de la mañana hasta las 14
horas que es cuando me lo quito para comer
Al
medio dia hago un consomé de pollo con unos trozos de jamón cocido
sin grasa de primero. A ese mismo consomé le añado fideos
para mi pareja a quien también preparo un platito con dos fabulosos
tomates de pera. De segundo elijo hígado, que hace mucho
tiempo que no comíamos.
A
eso de las 17 h de la tarde de nuevo me pongo el corset negro y lo
llevo hasta las 21:00 mientras hago un poco de faena conectada al
ordenador con mis bussines. Cada vez noto más que no me
aprieta tanto y hay ratos que apenas siento que lo lleve puesto. Ya
estoy pensando en venderlo. El morado sí que me oprime un
poco más.
Durante
el día tomo varias infusiones aprovechando lo útiles que me
resultan para combatir el frío y el aporte de agua que suponen para
mí.
Por
la noche cenamos pollo a la plancha que mi pareja acompaña con
un poco de berenjena también a la plancha.
Y la verdad que el día acaba bastante bien. Deseo firmemente mañana levantarme sin ningún tipo de hinchazón para poder pesarme y ver cual es exactamente mi punto de partida para arrancar definitivamente con La Escalera Nutricional Dukan
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